Síntomas
El dolor es el síntoma más frecuente que suele localizarse en las articulaciones o alrededor de las mismas. Puede ser pasajero o aparecer sólo con los movimientos como, por ejemplo, en las manos al coser, en las rodillas al andar o en la espalda al agacharse; pero también puede ser fijo y persistente, llegando a impedir realizar los movimientos o conciliar el sueño. El dolor, a veces, se acompaña de sensación de rigidez o entumecimiento de las articulaciones que mejora con el movimiento. Pero el dolor también puede proceder de los músculos, de los tendones o de otras estructuras del aparato locomotor llegando a ser muy molesto. Los reumatólogos, mediante un cuidadoso interrogatorio y un examen físico son capaces de averiguar la mayoría de las veces el origen del dolor.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en un adecuado interrogatorio y un exhaustivo examen físico. Su reumatólogo analizará las características del dolor, su distribución, el número de articulaciones afectadas, la presencia de hinchazón, etc., logrando realizar un diagnóstico la mayoría de las veces. En ocasiones unos análisis pueden servir de ayuda para confirmar una enfermedad ya sospechada durante el interrogatorio o para seguir la evolución de un enfermo.
Tratamiento
Las opciones de tratamiento son diversas. En los últimos años, gracias a los avances en la investigación de las enfermedades reumáticas, han surgido nuevos tratamientos que pueden mejorar significativamente las condiciones de vida de los pacientes reumáticos, así como la evolución de su enfermedad. Pero para ello es muy importante un diagnóstico precoz, para que el reumatólogo puede desarrollar un plan de tratamiento desde el inicio de la enfermedad.

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